Andalucía necesita de su juventud, decía Blas Infante, y estaba en lo cierto. Los jóvenes andaluces somos esenciales, necesarios, para construir una sociedad presente y futura que sea consciente de la realidad cultural y la identidad social de nuestro pueblo.
Nosotros, juventud destinada al exilio y a la emigración, somos protagonistas del máximo exponente del abandono histórico y continuado que esta tierra ha sufrido: Nosotros, jóvenes andaluces, o abandonamos nuestros pueblos, familias y hogares, o nos quedará un futuro de precariedad, inestabilidad y falta de conciencia. Y es que diversas son las deficiencias que sufre la juventud del pueblo andaluz y que manifiestan una necesaria presencia política que sea capaz de reivindicar los cambios sociales desde todos los estrados de las diversas instituciones útiles para tales fines. Y sí, también desde el Parlamento Europeo, donde los jóvenes andaluces nos jugamos mucho. Lee el resto de esta entrada »