Las encuestas. Ojo con los cuentatrolas

Entiendo que todos reconocemos sobradamente que las personas del tiempo se equivocan en sus predicciones meteorológicas.

ANDALUCIA/ INTERNACIONAL

Sí, se equivocan. Sí, y se equivocan aun contando para sus predicciones de potentes ordenadores y sistemas de teledetección como radares y satélites.

¿Sabían ustedes que los científicos sociales no disponen de tan potentes ordenadores ni mucho menos de ese tipo de sistemas de teledetección como radares y satélites para predecir, por ejemplo, lo que sucederá en las próximas elecciones generales del 20?
¿Por qué a los científicos sociales sí se les tacha tan alegremente de falta de rigor científico cuando no aciertan en sus predicciones electorales?
¿Sabían ustedes que las encuestas trabajan con un material muy delicado, cambiante y sensible que son las personas y las opiniones? ¿Y que por eso mismo, porque miden opiniones de personas, necesitan una consideración especial? (1). La información se obtiene directamente de las personas a las que se les pregunta sobre cuestiones diversas.
¿Por qué tanto ruido, aspavientos y tertulianos sofocados cuando se habla de encuestas?
Es bochornosa la caricaturización extrema de las encuestas que se estila en algunos medios de comunicación. Lo hacen a menudo en programas de prime time y son tertulianos muy alejados de la práctica demoscópica que ni sabrían reconocer la diferencia entre una encuesta “bien hecha” y una “mala”. Hace algunas semanas, Francisco Marhuenda dijo en La Sexta Noche que eliminaría de un plumazo al Centro de Investigaciones Sociológicas, que es un centro público y realiza muchas encuestas “bien hechas” de todo tipo de cuestiones y temas de actualidad: ¿Se puede ser tan incoherente?, ¿Se atrevería a decir lo mismo de las personas del tiempo que trabajan principalmente en centros públicos?
¿Es tan complicado darse cuenta que además de las características personales, la atmósfera política y el contexto social que predominen en un determinado momento también influirán en las opiniones de una persona?
¿Tan difícil es darse cuenta que las personas pueden cambiar de opinión en un corto espacio de tiempo motivado por todo tipo de factores externos (noticias, casos de corrupción, recortes, anuncios de nuevas medidas sociales…). ¿Y que además pueden hacerlo mucho, bastante, poco o nada?
¿Tan difícil es comprender que lo que alguien dice hoy de la política mañana mismo podrá cambiarla mucho, bastante, poco o nada?, ¿Tan difícil es reconocer que todo esto afecta mucho y bastante a la posibilidad de acertar lo que sucederá en las próximas elecciones?
Por lo tanto, el analista social trabaja con opiniones de personas, y éstas no son estáticas sino cambiantes y tremendamente volátiles.
Dicha volatilidad hoy es una de las más altas porque estamos en una situación excepcional en España que no tiene nada que ver con lo ocurrido en los últimos treinta años (Torreblanca 2015): crisis económica, crisis política e institucional, crisis social, previsible fin del bipartidismo, nuevas formaciones políticas, problema territorial, etcétera.
Todo puede pasar y todo es esperable mientras la realidad social sea cambiante; mientras las opinionesde las personas sean tan poco parecidas a los experimentos de laboratorio en donde puedes controlar todos los factores del entorno.
A pesar de que algunos lo pretendan, las personas no somos creaciones diseñadas a medida en un laboratorio. Al menos eso es una ventaja. Por eso, ya saben: Ojo con los CUENTA TROLAS.

Noticia original: Diario: http://www.andalucesdiario.es/politica/las-encuestas-ojo-con-los-cuenta-trolas/